lunes, 15 de octubre de 2012

EL PAQUETE DE GALLETAS


EL PAQUETE DE GALLETAS

Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también un paquete de Galletas.
Se sentó en una sala del aeropuerto para poder descansar y leer con tranquilidad.
Asiento de por medio, se ubicó un hombre que abrió una revista y empezó a leer.
Entre ellos quedaron las Galletas. Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una.
La mujer se sintió indignada, pero no dijo nada.
Apenas pensó: “¡Qué descarado; si yo estuviera más dispuesta, hasta le daría una Bofetada para que nunca más se le olvide! y aprenda a respetar!...
Cada vez que ella tomaba una galletica, el hombre también tomaba una.
Aquello la indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando quedaba apenas una galletita, pensó: “qué hará ahora este abusador?”.
Entonces, el hombre dividió la última galletica y dejó una mitad para ella.
Ah! No!. . . Aquello le pareció demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia!.
Cerró su libro, agarró sus cosas y demostrando su rabia, se dirigió al sector del embarque.
Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas. . . intacto y cerradito…
¡Sintió tanta vergüenza!... Que su rostro se ruborizó de inmediato…
Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba.
¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!...
Aquel hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado. Y ya no había más tiempo ni posibilidades para explicaciones o para ofrecer disculpas.

Pero sí tenía suficiente tiempo para razonar:
¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones, cuando debiéramos observar mejor, antes de prejuzgar?
¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las demás personas?
¿Cuántas veces hemos condenado alguna persona por sus actos sin saber los antecedentes o motivos por los que dicha persona actúa de tal o cuál forma?
Y entonces recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan jamás:
1.- Una piedra, después de haber sido lanzada al vacío;
2.- Una palabra, después de haber sido proferida;
3.- Una oportunidad, después de haberla perdido;
4.- El tiempo, después de haber pasado.






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