Cinco sentidos tenemos, los cuales
debemos usar sabiamente.
Usa tu
vista, para ver la belleza de la vida, para ver el interior de las personas.
No los uses
para criticar maliciosamente cómo se ven o se visten los demás,
o para
juzgar a las personas, sólo por sus apariencias.
Usa tus
oídos, para escuchar a tu prójimo, y poder ofrecerle una palabra de aliento, para
escuchar los sonidos agradables que te ayudan a olvidar las dificultades y
edificar tu interior.
No los uses
como un arma, o para escuchar cuando se habla mal de los demás.
Usa tu
olfato para percibir el olor de las flores, del perfume, del amor.
No lo
impregnes con los malos olores como lo son el odio, el egoísmo, la traición.
Usa tu gusto
para saborear el triunfo de tus metas alcanzadas, de los logros obtenidos con
esfuerzo y dedicación.
No lo uses
para saborear las derrotas de otros.
Usa tu tacto
para sentir y dar amor, para tocar a las persona con tus deseos positivos, con
tu caridad.
No lo uses
para pedir injustificadamente.
El sexto
sentido, el más importante, es el que nos da la sabiduría para distinguir la
diferencia entre los otros sentidos, entre el bien y el mal, entre dar o
recibir, entre construir o desmoronar.
A veces miramos
sin ver, oímos sin escuchar, olemos sin percibir, probamos sin saborear,
tocamos superficialmente.
Usa tus
sentidos sabiamente, no se trata de cuántos tengas, sino de cómo los utilizas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.