EL PAQUETE DE GALLETAS
Una chica estaba aguardando su vuelo
en una sala de espera de un aeropuerto. Como debía esperar un largo rato,
decidió comprar un libro y también un paquete de Galletas.
Se sentó en una sala del aeropuerto
para poder descansar y leer con tranquilidad.
Asiento de por medio, se ubicó un
hombre que abrió una revista y empezó a leer.
Entre ellos quedaron las Galletas.
Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una.
La mujer se sintió indignada, pero
no dijo nada.
Apenas pensó: “¡Qué descarado; si yo
estuviera más dispuesta, hasta le daría una Bofetada para que nunca más se le
olvide! y aprenda a respetar!...
Cada vez que ella tomaba una
galletica, el hombre también tomaba una.
Aquello la indignaba tanto que no
conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando quedaba apenas una galletita,
pensó: “qué hará ahora este abusador?”.
Entonces, el hombre dividió la
última galletica y dejó una mitad para ella.
Ah! No!. . . Aquello le pareció
demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia!.
Cerró su libro, agarró sus cosas y demostrando
su rabia, se dirigió al sector del embarque.
Cuando se sentó en el interior del
avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas.
. . intacto y cerradito…
¡Sintió tanta vergüenza!... Que su
rostro se ruborizó de inmediato…
Sólo
entonces percibió lo equivocada que estaba.
¡Había
olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolso!...
Aquel hombre había compartido las
suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado. Y ya no había
más tiempo ni posibilidades para explicaciones o para ofrecer disculpas.
Pero sí tenía suficiente tiempo para
razonar:
¿Cuántas veces en nuestra vida
sacamos conclusiones, cuando debiéramos observar mejor, antes de prejuzgar?
¿Cuántas cosas no son exactamente
como pensamos acerca de las demás personas?
¿Cuántas veces hemos condenado
alguna persona por sus actos sin saber los antecedentes o motivos por los que
dicha persona actúa de tal o cuál forma?
Y
entonces recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan jamás:
1.-
Una piedra, después de haber sido lanzada al vacío;
2.-
Una palabra, después de haber sido proferida;
3.-
Una oportunidad, después de haberla perdido;
4.-
El tiempo, después de haber pasado.
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