miércoles, 31 de octubre de 2012

IMBORRABLES CICATRICES






Cicatrices


Había una vez un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con varios clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debía clavar un clavo en la puerta de atrás de la casa.
El primer día el niño clavó 37 clavos en la puerta...pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la puerta. Finalmente llegó el día en el que el muchacho no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre, entonces el padre le sugirió que por cada día que controlara su carácter debía sacar un clavo de la puerta. Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la puerta...entonces el papá llevó de la mano a su hijo a la parte trasera de la puerta.
-Mira hijo, has hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la puerta.
Ya la puerta nunca será la misma de antes.
-En el trato con las demás personas, cuando decimos o hacemos cosas con enojo, dejamos una cicatriz como este agujero en la puerta. Es como clavarle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar la herida ya quedó hecha.
Los amigos son verdaderos tesoros a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.
Es así que este cuento nos enseña la importancia de saber cuidar a quienes queremos y nos rodean y si cometemos una falta debemos buscar la forma de pedir "perdón" para que esa amistad no se pierda.
¡¡¡La amistad entre las personas es un valor que hay que saber cultivar!!!

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